No hago collage, digo, pero probablemente estoy
mintiendo. No hago collage porque en mis
obras la superposición de imágenes son trazadas a lápiz o pincel, pero miento
porque sí hago collage en el soporte con esta afición a pegar papelitos de
colores sobre el papel base donde arranco cualquier trabajo.
Cumpliendo una promesa, trato de explicar mi técnica “experimental” (o,
en mi idioma, como vamos haciendo sobre la marcha y con lo que tengamos a
mano).
Parto de
un dibujo de una chica de Burlesque, sobre una hoja blanca algo maltratada ya
que en el reverso hay otro dibujo abandonado a poco de empezar. Sobre ese boceto inicial adhiero un pedazo de
papel manteca rosa que había venido dentro de un bolsa de compra envolviendo
una prenda de lencería. Queda así:
Despues
recorto círculos de papel artesanal batik y de otro papelito de bolsa de lencería
(éste, el animal print rosado, de un local Victoria´s Secret de aeropuerto). Ponemos por aquí y por allá. Un par de franjas (¿por qué?, porque sí).
Ahí vamos:
Tengo
guardada una cajita de chocolates que compré en las Galería Pacífico, cajita
que no tiro por la sencilla razón de que la encuentro absolutamente linda. Dentro de esta preciosura venía un papelito
encerado repitiendo el estampado de la caja, envolviendo el contenido (que, de
hecho, no eran chocolates sino macarons). Esta es la oportunidad de darle al papelito
un buen destino:
Para
unificar esta base vuelvo a dibujar la figura femenina utilizando acrílicos blanco,
lila y fucsia , muy diluidos para aplicarlos como si fueran acuarela. ¿Por qué no usar directamente acuarela si
quiero ese efecto, leve, traslúcido? Porque el acrílico
puedo empastarlo cuando necesito adherir el papel superior al de base; el
acrílico pega. Para un primer aproximamiento realmente me gusta el resultado…
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