viernes, 22 de septiembre de 2017



     No hago collage, digo, pero probablemente estoy mintiendo.  No hago collage porque en mis obras la superposición de imágenes son trazadas a lápiz o pincel, pero miento porque sí hago collage en el soporte con esta afición a pegar papelitos de colores sobre el papel base donde arranco cualquier trabajo.

     Cumpliendo una promesa, trato de explicar mi técnica “experimental” (o, en mi idioma, como vamos haciendo sobre la marcha y con lo que tengamos a mano).

     Parto de un dibujo de una chica de Burlesque, sobre una hoja blanca algo maltratada ya que en el reverso hay otro dibujo abandonado a poco de empezar.  Sobre ese boceto inicial adhiero un pedazo de papel manteca rosa que había venido dentro de un bolsa de compra envolviendo una prenda de lencería.  Queda así:





     Despues recorto círculos de papel artesanal batik y de otro papelito de bolsa de lencería (éste, el animal print rosado, de un local Victoria´s Secret de aeropuerto).  Ponemos por aquí y por allá.  Un par de franjas (¿por qué?,  porque sí).  Ahí vamos:







    Tengo guardada una cajita de chocolates que compré en las Galería Pacífico, cajita que no tiro por la sencilla razón de que la encuentro absolutamente linda.  Dentro de esta preciosura venía un papelito encerado repitiendo el estampado de la caja, envolviendo el contenido (que, de hecho, no eran chocolates sino macarons).  Esta es la oportunidad de darle al papelito un buen destino:









     Para unificar esta base vuelvo a dibujar la figura femenina utilizando acrílicos blanco, lila y fucsia , muy diluidos para aplicarlos como si fueran acuarela.  ¿Por qué no usar directamente acuarela si quiero ese efecto, leve, traslúcido?  Porque el acrílico puedo empastarlo cuando necesito adherir el papel superior al de base; el acrílico pega.  Para un primer aproximamiento realmente me gusta el resultado…










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