“No
podés tener una expresión artística auténtica hasta que no asumas tu
identidad. Es básicamente un problema de
identidad y de libertad cultural. (…) Hay muchas cosas a nivel creativo que me
recuerdan películas como las del director francés Jacques Tati. Vas al restaurante de Ferran Adriá te abre un
plato, lo olés, te lo cierra y se acabó.
Hay cosas que me parecen un poco ridículas. También, algunos artistas conceptuales, para
quienes el discurso vale más que la obra.
Yo creo que hay gente creativa en todo: en canto, en arte, en teatro, en
música… Pero hay una cosa que no me
gusta en este momento, que está muy mezclada con el comercio. Eso hace que admire a gente que son los
mayores piratas del arte, pero que han entendido cómo es la historia. Están superconsagrados y lo que están
haciendo es quitarle el dinero a los ricos.
Damien Hirst, Jeff Koons y toda esa gente que hace producciones en
serie. Me parecen que hacen bien. El arte en este momento es una inversión, y
está al servicio de las inmobiliarias.
No sé aquí, pero afuera cualquier edificio tiene que tener un Koons, un
Hirst o lo que sea. Si Constantini pone
un Koons, el otro pone…
(…)
¿Por
qué dice que admira a Hirst y a Koons?
Son
artistas mercenarios. Me gusta la imagen
de estos chicos, que son superinteligentes.
La obra de Hirst me interesa. Lo
he conocido, y es como un hooligan.
¿Es arte si sólo se piensa en el comercio?
Creo
que estos chicos hacen arte pensando en el comercio, pero lo que hacen no está
mal. Es un arte que funciona. Antes las fortunas se heredaban, ahora hay
muchas fortunas que han surgido de la creatividad. Los chicos de Silicon Valley que han
inventado negocios, se han hecho ricos…
El negocio también es un arte. Si
considerás que la comida en un arte… ¿por
qué no considerar que una persona que hace un negocio creativo es un artista.
¿Qué quiere decir con que es “un arte que funciona”?
Que
funciona cuando sabés para que está dedicado y lográs los fines de eso. A veces funciona en alguien que quiere dejar
un mensaje. Otras veces funciona porque
queda bien en los halls de los edificios.
Creo que hubo una saturación del término “arte”, se banalizó. He visto tanta gente tan mamarracha que se
define como artista… Tampoco me
interesaba cuando el arte era una cosa muy selectiva, pero cuando la gente no
consumía tanto arte podías ir a un museo tranquilo. Ahora tenés que hacer colas, pelearte con las
madres, los chicos te pisan, ponen los chupetes en los cuadros… Por una parte está bien que se
popularice. Y por otra parte… ¿no era
mejor antes?
(…)
Juan
Gatti “El mundo se está transformando en
un shopping”, por Celina Chatruc para La
Nación Revista, domingo 24 de septiembre de 2017, páginas 28 a 36.-
http://www.lanacion.com.ar/2064530-juan-gatti-el-mundo-se-esta-transformando-en-un-shopping
Hay que
tener en claro para qué se hacen las cosas.
Y cuando sólo se hacen por el placer de hacerlas –y se deja en claro que esa es la única motivación- a uno deberían
dejarlo en paz. El arte como negocio
para los que están negociando, el arte como juego para los que siempre estamos
jugando.
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