lunes, 25 de septiembre de 2017












































     “No podés tener una expresión artística auténtica hasta que no asumas tu identidad.  Es básicamente un problema de identidad y de libertad cultural. (…) Hay muchas cosas a nivel creativo que me recuerdan películas como las del director francés Jacques Tati.  Vas al restaurante de Ferran Adriá te abre un plato, lo olés, te lo cierra y se acabó.  Hay cosas que me parecen un poco ridículas.  También, algunos artistas conceptuales, para quienes el discurso vale más que la obra.  Yo creo que hay gente creativa en todo: en canto, en arte, en teatro, en música…  Pero hay una cosa que no me gusta en este momento, que está muy mezclada con el comercio.  Eso hace que admire a gente que son los mayores piratas del arte, pero que han entendido cómo es la historia.  Están superconsagrados y lo que están haciendo es quitarle el dinero a los ricos.  Damien Hirst, Jeff Koons y toda esa gente que hace producciones en serie.  Me parecen que hacen bien.  El arte en este momento es una inversión, y está al servicio de las inmobiliarias.  No sé aquí, pero afuera cualquier edificio tiene que tener un Koons, un Hirst o lo que sea.  Si Constantini pone un Koons, el otro pone…
(…) ¿Por qué dice que admira a Hirst y a Koons?
Son artistas mercenarios.  Me gusta la imagen de estos chicos, que son superinteligentes.  La obra de Hirst me interesa.  Lo he conocido, y es como un hooligan.
¿Es arte si sólo se piensa en el comercio?
Creo que estos chicos hacen arte pensando en el comercio, pero lo que hacen no está mal.  Es un arte que funciona.  Antes las fortunas se heredaban, ahora hay muchas fortunas que han surgido de la creatividad.  Los chicos de Silicon Valley que han inventado negocios, se han hecho ricos…  El negocio también es un arte.  Si considerás que la comida en un arte…  ¿por qué no considerar que una persona que hace un negocio creativo es un artista.
¿Qué quiere decir con que es “un arte que funciona”?
Que funciona cuando sabés para que está dedicado y lográs los fines de eso.  A veces funciona en alguien que quiere dejar un mensaje.  Otras veces funciona porque queda bien en los halls de los edificios.  Creo que hubo una saturación del término “arte”, se banalizó.  He visto tanta gente tan mamarracha que se define como artista…  Tampoco me interesaba cuando el arte era una cosa muy selectiva, pero cuando la gente no consumía tanto arte podías ir a un museo tranquilo.  Ahora tenés que hacer colas, pelearte con las madres, los chicos te pisan, ponen los chupetes en los cuadros…  Por una parte está bien que se popularice.  Y por otra parte… ¿no era mejor antes?
(…)



Juan Gatti “El mundo se está transformando en un shopping”, por Celina Chatruc para La Nación Revista, domingo 24 de septiembre de 2017, páginas 28 a 36.-


http://www.lanacion.com.ar/2064530-juan-gatti-el-mundo-se-esta-transformando-en-un-shopping









     Hay que tener en claro para qué se hacen las cosas.  Y cuando sólo se hacen por el placer de hacerlas –y se deja en claro que esa es la única motivación- a uno deberían dejarlo en paz.  El arte como negocio para los que están negociando, el arte como juego para los que siempre estamos jugando.











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