Sábado de sol, segunda parte
Mi
proyecto de globo aerostático fue frustrado por la humedad. Impiadosamente. No secó a tiempo, el globo base se desinfló
antes de lo esperado y lo arrugó en las partes aun frescas. Intenté arreglarlo, pero en vano. Inicié de cero otra vez, cubriendo con
cartapesta otro globo, el que de momento se está secando en sus primeras capas
al sol.
Pero si
algo soy es incapaz de tirar las cosas.
El globo arruinado sigue ahí, y lo miro, intentando mejorarlo,
pero sigue siendo una porquería. ¿Por
qué no lo tiro de una vez?
Medito en
mi cocina mientras cambio la yerba al mate.
Una mitad del globo se salva, la otra mitad tan aplastada. Aplastada como si se le hubiera sentado
alguien encima. ¿Y si le siento a
alguien? Ignoro quién, cómo o
para qué. Pero con alambre y un rollo
pruebo, total, el destino sigue siendo la basura:
Y termina
la tarde al sol, secando este último amague de rescate…
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