Cumpliendo a
rajatabla con las leyes de Murphy, L´Ermitage llegó a destino una
semana después de la inauguración de la que debía formar parte. Tarde se ha sumado a la exhibición dejándome
como certeza que ya no alcanza un mes para asegurar el traslado de una obra de
este lado del mundo al otro. Antes (AC)
alcanzaban quince días en el servicio express (y carísimo) del correo
oficial. Hoy, DC -después del
coronavirus- habrá que calcular un par de meses para aproximarse a que las
obras lleguen a tiempo. Casi casi como
cuando iban en barco… Pero
afortunadamente llegó, no quedó en el limbo, y la obra sigue su propio
destino. Espero disfrute las tierras
barcelonesas en las que finalmente se halla de paseo.
La totalidad de las imágenes que se reproducen en este blog corresponden a obras de mi autoría.
domingo, 26 de julio de 2020
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