Hora
de cierre -cuya imagen encabeza este post- es una de mis primeras
mixturas, con papel adherido a bastidor de madera, incorporación de telas y
yeso (marco del espejo), aunque trabajado sólo en óleo. Mixtura de soporte pero
no de técnica, era algo tímida por esos tiempos.
La obra, de la serie Fantasías de una Muñeca Inflable, era
un primer acercamiento al ideario estético del cabaret.
Hora
de Cierre no tuvo tiempo de circular, ya que se exhibió por primera vez
en una individual en La Dama de Bollini, y un par de días después
fue adquirida por alguien de quién nunca tuve mayor data. La venta la
coordinó el encargado del lugar tras una llamada a media noche contándome del interés
de un parroquiano (La Dama de Bollini actuaba como espacio de arte, bar y
pequeño restó por entonces, 1996) por la adquisición, a la que obviamente di mi
inmediata aprobación. Dónde está actualmente
Hora de Cierre es algo que ignoro por completo.
La
estética del cabaret tuvo en aquella serie otras aproximaciones -Subconsciente
de mujer aburrida y La Reina Artera- y de ahí hasta la
serie Burlesque me desentendí de esa búsqueda estética.
En estos tiempos de encierro -dónde jugar con cartón y papel es mi terapia de sostén ante la angustia y la incertidumbre- he regresado al tema y me he puesto a componer unas Chicas de Cabaret.
Como
el punto más flojos de mis personajes de rollos de cartón y cartapesta es la
cabeza, arranqué tratando de corregir errores y mejorar los resultados…
Para
estos primeros pasos sujeté las cabezas a rollos largos de cartón -que luego se
reducirán a los convenientes cuellos- y éstos a distintos frasquitos de mi cocina donde encajaban,
de manera de poder trabajar en ellos con altura manteniéndolos estables. Eso llevó a que cada cabeza recibiera el
nombre de su soporte circunstancial: la
que quedó en el frasco de esencia de vainilla pasó a llamarse Reina de Java…
…la de la sal gourmet fue Cúrcuma…
…y la del frasquito de Torre Eiffel de sal del
Himalaya traída de souvenir pasó a ser Paris…
Con
algo de goma eva damos forma a un corcet, que después unificamos todo con algo de leve cartapesta (cuando ya pasamos a sostener cada inicio de figura en una botellita de cerveza)…
Y tiritas enrolladas de servilletas de papel
para ir componiendo los peinados, base de color para rostro y hombros y marcamos ojos y bocas:
Encaje nude de una vieja remera para conformar los corpiños de las tres…
Y empezamos a trabajar individualmente, comenzando por Paris. Ella estará sentada
en una silla que armamos con unos viejos lápices escolares de pésima calidad (la
mina era tan dura que era imposibles usarlos para otra cosa) y un pedacito de Telgopor…
…y ya sabiendo la altura del asiento pudimos
estructurar con rollos las piernas y más maple de huevo para la cadera…
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