¿Cómo
decirlo? No hay magia -aunque
excepcionalmente sí la haya-.
Hay trabajo obstinado y consecuente.
Se sostiene, se avanza lento, se disfruta el hacer independientemente
del frustrante resultado. El arte puede
o no suceder, la obra puede o no definirse y liberarse de la mediocridad del
individuo y conformar ese ente especial, distinto, y sí, excepcionalmente mágico. Pero desde acá, desde el lugar del artista, sólo
hay tesón y trabajo. Obstinación e insistencia.
Que la inspiración te encuentre trabajando, dicen que
decía Picasso. Que el arte se
compadezca de tu perseverancia y te ilumine por un escurridizo instante y marque
la diferencia.
Seguimos. Foil plata sólo
por tradición en esta serie. Levantamos
el plumaje con dimensionador blanco, que logra dar luz pura que el soporte
negro no apague. Y un poquito en la
serpiente y en el sapo, sólo por ese toque de protagonismo que otorga la
textura.
Algo más de
color para elevar la figura femenina. Y después,
¿por qué no?, glitter corporal.
¿Podré aplicar más adelante óleo sobre la cera? Quién sabe. Habrá que ver que sale de esto…
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