sábado, 9 de febrero de 2013




     Cuando esta mañana pasé por el puesto de diarios a comprar el ensayo de Eco que hoy salía a un precio muy conveniente con la edición de La Nación (La Estructura Ausente, ensayo que no tenía hasta ahora en mi biblioteca), palpitándome aun en los tímpanos el “déjate de fastidiar con Eco y los de su especie”, tuve que soportar la pregunta (inocente, amable, por entablar conversación) del diariero de “¿Se puede leer? Digo, salen poco. Llevan más los de Agatha Christie…” Sí, pensé. Y se vende más el Olé, ¡que sorpresa! Pero, pobre hombre, ¿qué culpa tiene él? 

     Lo miré fijo un segundo, tomé conciencia de que se supone que soy snob y que soy mujer y le pedí también la Vogue España. Eso, definitivamente, lo encontró más normal y sonrió aliviado. Y si bien suelo comprar habitualmente revistas de “moda”, sobre todo las que traen buena fotografía y cuidada edición, ésta en particular (acá se está vendiendo el número de diciembre 2012) la quería por el dossier de Mario Testino, maravilloso fotógrafo peruano reconocido internacionalmente, que ha hecho en Lima lo que yo añoro hacer aquí: abrir una galería y fomentar desde allí la actividad artístico-cultural. Supongo que esta motivación también es snob: consumo publicaciones fashion con ocultas intencionalidades poco superficiales. ¡Lo hago todo mal! Tengo que aprender a ser más simple, más lineal y más a ras del suelo. Y a dejar de citar autores que no encabezan la lista de best sellers para público adolescente. Más Harry Potter y menos Saramago, así se atrapa a las masas y se hace fortuna.







“…Para que funcione aceptablemente la democracia son mucho más peligrosos los imbéciles que los malvados. Sobre todo por su abundancia. Y porque hay que escucharlos.”

Fernando Savater, Los Invitados de La Princesa, pag. 229



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