sábado, 9 de abril de 2016




Crónicas equinas –invertidas y húmedas-


     Iba a dedicar todo mi fin de semana a mi Caballito de Carrusel, al que puse patas para arriba para terminar de cerrar su panza, asegurar el soporte al poste de sostén, y emprolijar en lo que pueda sus patas.  Caballito sobre la mesa se sostuvo con dignidad para permitirme trabajar.  Pero toda esta semana de lluvias decidió prolongarse en el sábado, la humedad perenne se puso más húmeda aun, y vengo limitada al avance porque si no seca lo que hago se desmorona y arrastra lo previo.  Un desastre.  Mis planes quedan en buenas e impracticables intenciones…




     Diseñé el pie, ya que el canasto de corchos y piedras era sólo circunstancial.  Madera, un viejo pedazo de mármol para dar peso, telgopor, sogas y papel y más o menos armé algo que debería sostener bien a Caballito.






    Pero la humedad insoportable también impide avanzar con el pie, porque si no seca no puedo aplicar más cartapesta ni sellar con soga las juntas, ni cubrir con enduído para unificar y dar peso. Y así, por más que yo me separara el tiempo para avanzar, el clima tiene más preponderancia que mi voluntad.  A otra cosa mariposa. 





Habrá que ser paciente y esperar.  El arte tiene su timing, y es innegociable.  



La Decepción (de la Serie: Las Memorias de la Amante)
Oleo sobre tabla






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