En el marco de la actividad Jornadas de bibliotecas a puertas abiertas se desarrolló esta tarde la presentación del documental “Juan Muraña, comentado por su autor”, realizado en 1983 en el Colegio Normal 8, con alumnos de ese colegio y del Mariano Acosta interactuando con Jorge Luis Borges. El documental, recuperado y editado por la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, se exhibió con la presencia de María Kodama, quien luego conversó –con ese modo suyo sereno y sumamente gentil- con los asistentes.
Definir el evento como una MA-RA-VI-LLA resulta certero pero poco descriptivo.
El ambiente cordial del encuentro, la camaradería que se destiló con naturalidad entre los concurrentes, la magia que se desplegó desde la pantalla con el cálido trato de Borges hacia los demás, su manera sencilla y amable de explicar su colosal proceso creativo, su simpleza didáctica para trasmitir su pasión y su goce por la literatura, y la charla final de María Kodama, una mujer que trasmite sin esfuerzo su paz personal y su vibrante y permanente cariño por Borges al relatar con gracia y simpatía montones de anécdotas que pintan a un hombre real, divertido y desbordante de disfrute por la vida y por las letras.
A lo largo de casi tres horas el mundo fue, dentro de las paredes del Centro de Lecturas: Debate y Trasmisión, de Ambrosetti 1000 de la Ciudad de Buenos Aires, un lugar absolutamente acogedor para habitar. Para mí, que me enteré por una gacetilla de prensa que recibí por mail de www.vivilibros.com , y que concurrí porque se dieron una serie de casualidades que me permitieron la asistencia, fue un PLACER absoluto. Mi pública gratitud a Viviana Rosenzwit que coordinó el evento y que, como responsable de Viví Libros, me hizo llegar la invitación.
Dice Borges en el Prólogo de Los Conjurados (ese libro que dedica precisamente a María Kodama) que: “Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día que no estemos, un instante, en el paraíso.” Me atrevo a sospechar que esta tarde en la calle Ambrosetti unas cuantas personas disfrutamos de ese instante de paraíso.
Michas gracias por tus palabras! Un placer haber compartido este momento!
ResponderEliminarCariños,
Viviana Rosenzwit
viviana@vivilibros.com