jueves, 17 de agosto de 2017



     Ser autodidacta (la parte divertida)


 

     El método prueba-error tiene su lado grato:  llevar a la práctica alegremente cualquier cosa disparatada que se nos cruce por la cabeza. ¿Por ejemplo?  Pegar papel picado pedacito por pedacito y que quede integrado a la obra dándole sentido al experimento.

 
 
 
 
 

Por ejemplo…  ya entusiasmada en pegar papelitos, cambiar el papel picado por papel de diario sin perder la línea del dibujo...

 
 




     Más acá, plagiar un Velazquez usando lápices de colores, poniendo en el espejo el de la Blancanieves de Disney
 
  
 



     O plagiar un Fortuny sobre un trozo de passepartout fucsia, que ensució los colores hasta que en la enésima capa de óleo blanco lo vencí (yo soy más terca que el magenta es el nombre no oficial de la obra)

  

 

     Quemar el papel base para que el chamuscado sea parte de la composición, abusar de la tinta en gel, darle relieves y texturas…  a la hora de jugar se juega, y el autodidacta es un privilegiado que no siente ninguna culpa por ello.
 
 
  
 
 
 

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