viernes, 8 de marzo de 2013



ESTUDIO SOBRE LA DOMINACION 
Mixtura – Polidíptico 
Colección Privada 



      Suena encantador que las mujeres tengamos un día. Como lo tienen los animalitos de dios (29 de abril en Argentina). Así una vez al año, se nos “festeja”. Tan bonito... Yo, como mujer, me siento muy agradecida de que me “homenajeen” -¿quién? Los hombres, claro. “Ellos”, los que no tienen un día específico para ser “festejados” por que no lo necesitan, nosotras le aguantamos la vela TODOS los días del año (¡pobrecitos!)-. Alguien me pidió hace poco que le facilite algunas citas para un discurso que iba a dar el día de hoy en uno de los “sentidos” homenajes que vas a desplegarse en la jornada. "A buen puerto vas por leña… " soltó con una carcajada una de mis voces. Pero yo he sido educada para ser solícita y amable y como si no me gustara remolonear en mi biblioteca separé algunos libros y le preparé una lista. Honestamente, dudo que le sirva.






(San Pablo a las mujeres de la congregación) “Cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra; antes bien, estén sumisas (…) Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus propios maridos en casa (…)”

1 Corintios, 14: 34-35






“Su aspecto es hermoso; su contacto fétido y su compañía mortal. (…) Todas estas cosas de la brujería proviene de la pasión carnal que es insaciable en estas mujeres.” 

Kramer y Sprenger, El Martillo de las Brujas (Manual del Inquisidor)






“Hay muchas situaciones en medio del mundo que pueden debilitar el vigor del alma e impedir el camino recto. En primer lugar, el trato con las mujeres (…) En efecto, la mirada golpea y turba el alma, no sólo la mirada de la intemperante, sino también de la prudente.” 

Juan Crisóstomo, Diálogo sobre el sacerdocio, VI, 8.






“Es un signo inconfundible de estrechez de espíritu, equivocarse respecto al problema fundamental del hombre y de la mujer, es decir, negar el abismo que los separa y la necesidad de un antagonismo, soñar que pueden tener igualdad de derechos, una educación idéntica, las mismas pretensiones y los mismos deberes. (…) Por el contrario, un hombre que posee profundidad en el espíritu, en la mente y en los deseos, y al mismo tiempo una profunda benevolencia, y que simultáneamente sea capaz de una severidad, de una dureza con las que se le pueda confundir, no puede pensar a propósito de las mujeres más que a la manera oriental. Debe considerar a la mujer como una propiedad, como un bien que hay que guardar con llave, como un ser hecho para la domesticidad, que se encuentra identificada con esta situación subalterna. (…) …Hacer que el hombre abandone la idea de que la mujer debe ser guardada, cuidada, protegida como un animal doméstico, aunque más delicado, extrañamente salvaje y a veces agradable; rebuscar con torpe indignación todo lo que la posición social de la mujer tuvo y tiene aún de servil y de sumisión (como si la esclavitud fuese contraria a la civilización y no más bien la condición de toda civilización superior, y de todo progreso en civilización). ¿Qué significa todo esto si no es que los instintos femeninos se esterilizan y que la mujer renuncia a ser mujer? (…) …Son imbéciles que desearían rebajar a la mujer al nivel de la “cultura general”, quizá incluso hasta obligarla a leer periódicos e intervenir en política. Algunos quisieran llegar a transformar a las mujeres en librepensadores y en gente de letras, como si una mujer sin religión no fuese para un hombre profundo e impío alo absolutamente repugnante y ridículo.”

Federico Nietzsche, Mas allá del bien y del mal – Séptima parte. Nuestras Virtudes Nros. 238 – 239






 “Odio a las mujeres, por lo poco que sé de ellas. (…) Nunca he subido al piso de arriba. Alguien ha dicho que las mujeres no son más que el sucedáneo del vicio solitario, salvo que se requiere más imaginación. Por eso vuelvo a casa y de noche sueño con ellas, pues no soy de hierro y, además, son ellas las que me provocan.” 

Umberto Eco, El Cementerio de Praga, pag.25/27






“Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta:/ Movilidad absurda de inconsciente coqueta./ Deseamos y gustamos la miel de cada copa/ Y en el cerebro habemos un poquito de estopa./ Bien; no, no me preguntes. Torpeza de mujer,/ Capricho, amado mío, capricho debe ser./ Oh, déjame que ría… ¿No ves que tarde hermosa?/ Espínate las manos y córtame esa rosa.” 

Alfonsina Storni, Capricho






  “¿No crees que habría que educar a los hombres también? Ellos suponen que todo lo saben. Lo prueba el hecho de que cualquier analfabeto varón tuvo derecho al voto, mientras que una mujer, así fuese Madame Curie, no lo tuvo… hasta hace unos años. Yo he vivido esas injusticias y no deben olvidarse si no deseamos no recaer en lo mismo.” 

 Victoria Ocampo, Entrevista a Mildred Adams, La Gaceta de Tucumán 6 de Junio de 1976.

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