Siendo
mi última semana de vacaciones suena justo que derroche mi último tiempo libre según
me venga en ganas. Podría estar
trabajando sin pausa ni presiones en alguno de mis proyectos en marcha; o
podría, como estoy, vagabundeando en cualquier otra dirección.
Ha sido
una cadena de circunstancias complotadas.
Primero, mi mal humor ante la constante acusación de que no me enfoco,
que desperdicio tiempo y energías que bien direccionadas podrían hacerme llegar a algún lado -¡perdón!, es que no estoy yendo a ninguna parte-. Ese mal humor me obliga, como
cuestión de principios, a desenfocarme
mucho más.
Estaba
muy entretenida con mi experimento de la bandeja de cartón de pre-pizza que no me
permite desplazar cómodamente la pintura y que con su empecinada curvatura me
hace perder la perspectiva, cuando se acabó el vino. Había sido un regalo, la novedad del vino en
cajas de tres litros, la bag in box. Puntualmente, no me gustó (estéticamente, la
caja es tosca, no hay donde ponerla y servir de ahí en la copa es de una
rusticidad incompatible con el disfrute).
Igual, el vino se tomó, la caja quedo vacía, y el conflicto sobre tirarla
ocupó el podio de mis preocupaciones.
Entonces se encadenó la idea que venía arrastrando desde que en
mi difusa investigación para la ambientación que hice para una amiga di con
unos maravillosos book-art sobre Alicia. Claro que yo no puedo descuartizar un libro
por más que el resultado quede como gloriosa pieza de arte. Sencillamente yo no puedo. Entonces, pareció lógico que la caja de vino,
la bag in box, sirviera para falsear un libro que fuera base a una alegoría de un book-art sin
libro y sin romper nada. Simular las
hojas con papel de diario, que en un juego de montajes pareciera que es un
libro siendo –como siempre- solo un montoncito de material de descarte –pura y simple basura-.
Y así, en mi
última semana de vacaciones, estoy tonteando con recrear una visión global de Alice in Wonderland de papel de diario en un falso libro que
supiera ser una falsa botella de vino auténtico. Debería estar trabajando en mis Postales
Victorianas o -¡de una buena
vez!- terminando mi serie de Ragnarök. Pero me distraigo, me sigo distrayendo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario