viernes, 17 de junio de 2016


     Pese a estar ocupada en otras cosas (terminar mi Caballito de Carrusel, armar los pies para dos esculturas de papel que sean ad hoc a cada una de ellas, delirar con mi nuevo proyecto del Burlesque) volví a caer en la perniciosa distracción de Pinterest.  Vi imágenes de unos mueblecitos pintados a mano estilo MacKenzie-Child y mi naturaleza plagiaria me saltó a la garganta.  

     Había en un rincón de mi taller una vieja silla de pino destartalada (toda desencolada, con un soporte salido y el asiento con una rajadura al medio) que debió en su momento ir a la basura pero que seguía ahí porque servía para apilar revistas sobre ella.






     Dispuesta a hacer algo parecido a lo visto (¿para qué?; para hacerlo, para comprobar si podía hacerlo), martillo en mano, metí el soporte en su lugar y traté de ajustar las junturas a puro golpe.  Sujeté el asiento con un poco de soga, tapé la rajadura con enduído plástico y cubrí las zonas más dañabas con una capita de carta-pasta ligera de servilleta de papel.






     Una vez secos los empastes, marqué alguna zona de color como para definir el diseño de arranque:





    Agregué el damero característico:






     Y he estado divirtiéndome en dar color a cada zona, inventando detalles y cuidando de que la pintura (y más adelante la laca) supla el encolado y mantenga unida a la sillita.  Falta bastante pero hasta acá me gusta mucho.










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