Pese a
estar ocupada en otras cosas (terminar mi Caballito de Carrusel, armar los
pies para dos esculturas de papel que sean ad hoc a cada una de ellas, delirar
con mi nuevo proyecto del Burlesque) volví a caer en la perniciosa
distracción de Pinterest. Vi imágenes de
unos mueblecitos pintados a mano estilo MacKenzie-Child y mi naturaleza
plagiaria me saltó a la garganta.
Había
en un rincón de mi taller una vieja silla de pino destartalada (toda
desencolada, con un soporte salido y el asiento con una rajadura al medio) que
debió en su momento ir a la basura pero que seguía ahí porque servía para apilar revistas sobre ella.
Dispuesta
a hacer algo parecido a lo visto (¿para qué?; para hacerlo, para comprobar si podía hacerlo), martillo en mano, metí
el soporte en su lugar y traté de ajustar las junturas a puro golpe. Sujeté el asiento con un poco de soga, tapé
la rajadura con enduído plástico y cubrí las zonas más dañabas con una capita
de carta-pasta ligera de servilleta de papel.
Una vez
secos los empastes, marqué alguna zona de color como para definir el diseño de
arranque:
Agregué el
damero característico:
Y he
estado divirtiéndome en dar color a cada zona, inventando detalles y cuidando de
que la pintura (y más adelante la laca) supla el encolado y mantenga unida a la
sillita. Falta bastante pero hasta acá
me gusta mucho.
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