“New
York, 29 de Octubre de 1975
Querida
Angélica:
…Otro tema que está a la moda es el “RAPE”. Parece que se practica en gran escala y que
están por modificar leyes, etc… (cosas excelentes. Es para lo único que yo dictaría pena de
muerte, como suena).
He comprado un libro sobre la historia del rape
a través de los siglos que es pavoroso.
Te da una idea de lo que ha sido y es aún el machismo.
Para mí, en ese sector, la civilización no
existe aún. Se está de acuerdo (porque
así lo han impuesto los varones) que los hombres tienen “urges” a los que no se
pueden resistir. Es la mentira más
grande que existe. Lo que los varones
tienen es la sensación de ser dueños y señores de todo. Te aseguro que
el día que se ponga en práctica la manera de defenderse que les están enseñando
a las muchachas, no va a quedar un matón en pie.
No sé (para mí siempre fue evidente) cómo
las mujeres no saben que el hombre es el animal más indefenso de la
creación. Está a la merced de una patada
o de un golpe ya sabemos dónde. No hay quién
lo resista. Claro que si vienen con un
revólver en la mano no e tan fácil la defensa.
Pero así y todo… Hay que escarmentarlos.
Fijate que me contó una muchacha americana
cómo habían tratado y casi conseguido violarla en Sarah Lawrence (el gran college
de mujeres). Lo pescaron al tipo, y ella
tuvo que encararse con él. Lo condenaron
a 3 años de cárcel y me parece nada.
Era un estudiante “distinguido” (como estudiante).
Lo que pasa en este mundo es que no hay
sentido de la moral, de la verdad, de la honestidad, del tratar al prójimo como
a sí mismo. Todo está en ruinas.
Siempre he pensado que no se necesitaba
tener fe religiosa para observar cierta conducta moral, y la necesidad de
observar esa conducta, para que el mundo no ande a los tumbos, es para mí la
única prueba de la existencia de una energía espiritual (la de Bergson y
Gandhi) sin la cual pasa… lo que está pasando ahora. Agravado cada día, porque no se busca el buen
remedio.
(…)
Un caballo se comporta como un caballo. Un tigre como un tigre. Un mono como un mono. Y entre los hombres pasa eso. Hay caballos, tigres, monos, etc. y entre
ellos es necesario vivir. Claro que
mejor es tomar ciertas precauciones.
Pero nada de imaginar que uno puede aislarse de eso. Aunque mucho lo desee.
(…)
Un beso
V.”
Victoria
Ocampo, Cartas a Angélicas y otros, Editorial
Sudamericana, Buenos Aires 1997, páginas 224/226.
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