jueves, 9 de junio de 2016


 
      Aunque todavía no tengo fechas exactas ni una confirmación definitiva, me aproximo a armar, por primera vez, una muestra individual en Lanús.  Desviación propia de quién está tan cerquita de la Capital, siempre mostré preferentemente mi trabajo en la Ciudad de Buenos Aires, ya porque hay más espacios donde postularse, ya porque su propia movida cultural asegura público y difusión, ya porque es Baires, el lugar al que todos queremos llegar, uno de los sitios más lindo del mundo.

     Pero desde fines del año pasado he estado tratando de contactar con los espacios de exhibición locales para montar una muestra que abarque gran parte de lo que estoy haciendo: algo de mis mixturas, algo de mis cachivaches con máscaras, y ¡mi Caballito de Carrusel antes de que se desmorone!
 



 
 
 
 
 
     ¿Por qué hacerlo acá?  Por cierta necesidad de regresar a mi propio inicio: el primer lugar donde me premiaron (una mención) fue en el Salón Municipal de Lanús del año 1992, donde Máscara con Mantilla -que venía de ser rechazada en otros dos concursos- fue reconocida por el Jurado.
 
 
 
    Hasta ese momento mi trabajo había sido sistemáticamente rechazado, habiendo apenas logrado colgar en colectivas un par de veces y en un bar por contacto insistente de amigos.  No sólo ser seleccionada en un Salón Municipal sino ser premiada fue una confirmación en medio del fracaso generalizado de ese tiempo; sentir con algún fundamento que no iba tan equivocada en mi empecinamiento.  Y a partir de ahí me siguieron rechazando pero también  empezaron a aceptarme y a premiarme en paralelo, haciendo que entendiera que ni lo uno ni lo otro significaban demasiado.  Pero esa primera mención en Lanús fue una emoción tan auténtica que hasta cuando la recuerdo vuelvo a vibrar con el gozo de la sorpresa y la certeza de que esto vale la pena.
    Y ese Salón Municipal se desarrolló en la Casa de Cultura de Lanús, y estoy a punto de confirmar esta muestra individual en el mismísimo lugar.  El eterno retorno, el volver a las fuentes, el movimiento pendular de la historia.  Es como hacer a la pobre Casa de Cultura responsable por este desvarío ridículo de mi Caballito y llevárselo para que lo conozca, para que vea en qué derivo aquel voto de confianza que fue la mención de Máscara con Mantilla. 
 
La Casa de Cultura fue inicialmente la Sala de Primeros Auxilios y Dispensario de Lactantes "D. Juan Lanús", construida por cuenta de esta familia sobre un predio de su propiedad en las calles Sarmiento y Tucumán, donando a la Ciudad, e inaugurada en 1925.
 
   

 
Post Data:  Hoy Mascara con Mantilla  y su secuela Máscara con Mantilla II, cuelgan en la recepción de un estudio jurídico.  A veces las veo y siguen pareciéndome serenas y un poco distantes, algo frías.  Como si me exigieran con su mirada fija una explicación sobre lo que he estado haciendo en todos estos años…
 


 
 
 
 
 
 
 

 

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