martes, 28 de junio de 2016
























     Decididas las obras que formarán parte de la  exposición individual que pretendo montar,  el paso siguiente es elegir un título para el conjunto de esa puesta.  ¿Por qué un título?  Porque según los “curadores” –en total coincidencia con cualquier publicista de medio pelo-, el título simplifica la llegada al público.  Se le adelanta –supuestamente- lo que va a ver.  Como una explicación o una decodificación de ese críptico y elevado lenguaje del arte.  O algo así.

     Para quien se dedica a la publicidad o a la ambientación, el título va a significar el hilo conductor del evento, citando como argumento a Flaubert “¡Con qué entusiasmo tallaba las cuentas de mi collar! No olvidé más que una cosa: el hilo…  Es una obra frustrada. Habla de perlas. Pero no son las perlas las que hacen el collar, es el hilo" (de sus cartas a Louise Colet).  Un leitmotiv que va a determinar desde la disposición de la cuelga  hasta el color predominante de la folletería y el tipo de catering para el acto de apertura.




    Sin que esté reconociendo que todo esto sea exactamente cierto (sigo convencida de que la obra tiene que valer por sí, independiente de cómo o dónde se la presente), negocio civilizadamente y acepto armar mi próxima individual bajo estas premisas (hipotéticamente y hasta donde mi temperamento me lo permita).

     Veamos.  Pretendo mostrar juntas varias series de obras que en principio nada tienen que ver entre sí.  Cartográfica y Plagiaria que son trabajos bidimensionales de un estilo tradicional.  Mis Bandejas Enmascaradas que ya entran en una categoría más cercana al cachivache, excediendo las dos dimensiones pero sin dejar de ser obras de cuelga sobre pared.  Y mis esculturas de servilletas, algunas montadas sobre pequeños mueblecitos intervenidos.  Una variopinta miscelánea de múltiple entender.  ¿Qué hilo puede entretejer el collar en este caso?  La neurótica autora y el papel.  Y como mencionar mi dudosa salud mental está fuera de la cuestión,  el título lógico para el evento sería Todo papel  o Sólo papel o –como designé el archivo de la compu donde guardo las fotos que voy tomando durante el proceso creativo- Tienda de papel.





     Para escoger de entre estas posibilidades –ya que esto lo hago  sola, sin consultar con nadie- opto por el método práctico: voy a diseñar un afiche (hoy conocido como flyer) probando combinar el título con algunas fotos.  El que mejor se adapte a la estética conjunta del diseño será el título definitivo.  Primero el afiche, de éste desprender un catálogo simple y uno más complejo (va a depender de las fechas, de la imprenta y del costo si hago uno u otro o los dos) y aún más simplificado un diseño de invitación al vernissagge.  Las gacetillas de prensa y la acción de difusión y publicidad tienen que ser también un desprendimiento de este diseño principal.  Tanto como el título la unificación visual de la propuesta es una manera de asegurar que el evento se identifique y despierte el interés del eventual visitante.  Título e imagen como branding de la muestra (y esta afirmación demuestra que estoy dejando que me influencien en exceso).  Vamos a jugar un poco con esto a ver que sale.








No hay comentarios:

Publicar un comentario