El doodle de Google (¡expresión que
merecería figurar en los Libros de
Alicia!) me recuerda desde temprano que hoy es el único día del año en
que no puedo festejar mi unbirthday.
Con
la resignación propia de quién preferiría que el almanaque se deshojara con
mayor lentitud, me avengo al brindis de rigor.
Y como manifiesto de mi obstinación en perder el tiempo que se me escapa
en cosas absurdas, botellón, bandeja y copas caseras serán la utilería de mi chin-chin
privado.
We´re all mad here...
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