Acabo de
recibir un mail informándome que en un sitio de arte me han dejado un
comentario:
Y aunque,
como decimos por acá, suena más como un cebo para algún cuento del tío que como un interés real, bueno, igual uno se siente
halagado de que nuestro trabajo haya llamado la atención de alguien más allá de
las (buenas o malas) intenciones que
éste tenga. ¿Qué si voy a contactarla? Por supuesto, la curiosidad siempre mata al
gato. Imposible resistirse.
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