Avances
de mi rollo de cocina.
Alguna
forma le di a los pie, agregué una base de madera para darle peso y que no siga
cayéndose (en una de las caída se partió
la cabeza y hubo que agrandar el volado y agregar más pelo) y con un
fósforo aporté volumen a la nariz –aunque
me quedó muy larga, la vida es así de
ingrata-. Ha llegado la hora de
pensar que hacemos con las manos…
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