¿Por qué
hacemos lo que hacemos? ¿Por
dinero? Cuando se trata de los artistas,
evidentemente no. Aun cuando se
quiera hacerlo por dinero, es tan poco probable lograr el objetivo que
la persistencia en la actividad artística -que
genera tanta inversión a cambio de frustración más o menos constante- debe
deberse a otra cosa.
¿Por qué hacemos lo que hacemos? Por karma; es un destino asignado ante el que
la voluntad propia no tiene incidencia.
Pero se recibe algo a cambio: el
placer del hacer. La pura acción
creativa. El resultado (la venta de la
obra, el eventual reconocimiento, la aceptación del mercado que facilita
proyectar y multiplicar la acción) es algo que se ve a lo lejos, casi como una
fantasía, y que muy excepcionalmente se alcanza. ¿Por qué hacemos lo que
hacemos? Porque si te toca en suerte el
berretín del arte resulta tan inconmovible como la ley de la gravedad y entonces, hay que dejarse caer...
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