Terminé mis bolas navideñas extra large. Eso sí: llené toda la casa de purpurina dorada...
¿Y quién se mete en
el medio, presunto control de calidad, haciendo que al barniz fresco se le
adhieran montones de pelos gatunos? Cati, claro, la dueña de
casa que no siente mucha simpatía por los cachivaches con la que la invado...
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