Oficialmente
doy por concluidos mis Nutcrackers de rollo de cocina (aunque les falta una capa de laca que en
cuanto tenga cinco minutos disponibles les voy a dar), y los dejo cual
custodia de mi árbol navideño.
¿Ves? No siempre hago cosas tan inútiles. Ahí van a estar espantado a mi gata para que
no derrumbe (cual cada diciembre) mi
árbol con su afición malvada de golpear las bolas con sus pérfidas patitas…
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