-Finis Terrae
es un estado mental- me explica, y
mientras asiento con la cabeza sin comprometerme demasiado me digo que a
algunas personas hay que vedarles el alcohol por piedad al prójimo. –Una vez que llegás, llegás- sigue –y ya no pensás más en eso…
Fin de la cuestión. Pero dejar de pensar nunca fue una opción,
salvo que caigas en un coma alcohólico y no hemos estado trabajando últimamente
en eso. Y de cualquier manera, cada uno
construye su tierra prometida conforme a las propias fantasías y limitaciones. Estrictamente personal. La isla de Lost confeccionada a medida y en exclusividad.
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