¿Lo que hacemos está tan condicionado por el cuándo
lo hacemos que sería válido afirmar que somos víctimas del
contexto? ¿Las circunstancias por encima
de nuestra voluntad consciente? Podríamos
estar debatiendo sobre el punto semanas completas, pero no tendría sentido ya
que yo sé que el cobre en acrílico con el verde glitter de la lapicera de tienta en gel
se combinan por mi exclusiva voluntad y con el único fin de dar ese toque de
suntuosidad que me gusta incluir en mis texturas. Nada tiene que ver mi estado de ánimo, ni el
clima, ni ese cúmulo de fatídicas contingencias que vienen acosándome (y maltratándome) desde hace
días. Me gusta el verde, me gusta el
cobre. Fin de la discusión.
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