El proceso creativo. Las ventajas de la mixtura y la duda de lo que es fondo.
Se
avanza lento porque cada detalle pide un material distinto para el
trabajo. Acentuar tintas en el fondo, algún
detalle en dimensional para inmiscuir un brillo que disimule amontonamientos,
el empaste para las perlas en la búsqueda de volumen circular. Entre tanta cosa, el blanco de la ropa
necesita capas tranquilas de óleo para lucir definitivamente blanco. Son progresos en cámara lenta pero que
permiten que uno se encariñe con la obra y le disculpe esos errores que no se
logran corregir y que a ráfagas nos hacen sentir que no vale la pena continuar.
Pero
en medio de este trabajo tranquilo y de a ratos gratos, crece la duda de que en
realidad no estoy peleando por liberar la figura femenina del recargado fondo. Que mi plácida dama verde posiblemente sea
fondo también y que ese hueco verde y quemado del centro del pecho sea el real foco
central, el espacio donde se desarrollará la verdadera razón de la obra. Ese hueco pide líneas, un trazado que cuente
la historia. No se si entiendo qué es
exactamente lo que pide, pero algo tiene que ir ahí y pareciera que “eso”
que ignoro es lo que será lo único importante en esta composición.
Me
detengo y observo, a la espera de que la obra me ilumine y me diga que es “eso”
que quiere y que ya empieza a reclamar a imperiosos gritos ante mi total
incapacidad de comprenderlo.