El proceso creativo en cámara lenta. El pacífico disfrute de pintar despacito.
Sin
ningún apuro, sigo acentuando los pliegues del vestido, contorneando perlas,
agregando volumen al cabello. Todavía el
fondo se impone demasiado, pero con suma lentitud el retrato empieza a
despegarse. Tal vez, mucho trabajo
mediante, logre liberar a mi dama verde del bochinche de su entorno.
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