Fallas en el proceso creativo. Día cuatro.
Abarrotamos
todo tanto, que la figura central requiere un trabajo excepcional para
convertirla, precisamente, en la figura central de tamaño descontrol. Como último recurso, me propongo trabajar el
retrato al óleo en la supuesta posibilidad de lograr darle el relieve suficiente
para imponerse por sobre el batiburrillo del fondo.
Una
parte de mi sabe que es imposible salvar la obra, que me excedí y que no hay
forma ya de recuperar el equilibrio. Que
el óleo sólo lo va a recargar más, que no es una técnica que yo trabaje con
sutileza. Que cuando no dejo un pedacito
al menos de papel crudo, cual pulmón de aire, la obra está condenada a la
asfixia total. Pero esta desgana post
fiestas, esta desidia que se extiende hasta que el alcohol se acabe y el calor afloje,
conspiran para que insista en una obra que ya sabemos condenada al rincón de
las inconclusas. Pero seguimos un poco
más, en días que el clima propende au plein air.
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