Intentamos seguir en movimiento, aunque en paralelo las noticias de la
peste siguen siendo tan desbastadoras. No
se vislumbra aun la luz al final del túnel, pero el tren sigue su marcha sin otra
esperanza que su absoluta incapacidad de salirse de las vías. Soy víctima de mi propia perseverancia.
Coordinamos una muestra en Paris para febrero pese a esta
indiscutible certeza del cierre de fronteras.
La galería barcelonesa con la que vengo haciendo algunas cosas intentará
una muestra colectiva en febrero, y ya estando L´Ermitage en su
poder, parece más fácil que -si pueden cruzar de España a Francia antes
de algún nuevo estricto confinamiento- el evento pueda armarse. La pequeña galería parisina que hospedará la
exhibición se encuentra emplazada en un rinconcito precioso al que me encantaría
ir en persona, pero esa chance ya está descartada por completo. Me conformo con que L´Ermitage
pueda llegar y disfrutar ella un rato de la Ciudad Luz. Veremos.
Mientras, la muestra presencial de Identidad dentro del
mega evento Lunática en el Paseo de las Artes de Buenos
Aires sigue hasta abril. El mínimo consuelo
de que cierta presencialidad tendrá mi trabajo estos primeros meses. Se está coordinando agregar un modo de
destaque (hotspot) en la exhibición virtual de Lunática,
para que el visitante en el ámbito digital vea un poco más de nuestro
trabajo. Otra pequeña acción que nos
hace sentir en movimiento.
No
es mucho, pero permite que uno sienta que está intentando continuar con una
mínima normalidad, moviendo y coordinando la difusión de la obra pese a estar,
en los hechos, encerrada, asustada y bastante desorientada sobre lo que será el
futuro.
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