domingo, 10 de noviembre de 2013

 
 
 
     Bromeaba yo hace poco con el argumento de “pornografía intelectual” para diluir en retórica mi presunta inclinación a un arte cada vez más erótico y a su difusión en sitios ad hoc. ¿A santo de qué mi argumentación? A quedar bien con dios y con el diablo, evidentemente. Como me dijo alguien alguna vez: Se dejan todas las puertas entreabiertas, porque nunca se sabe por dónde vas a tener que salir corriendo.
 
     Pero al leer ayer en el suplemento Sábado de La Nación (epítome de lo conservador por estos lados) un artículo que refiere en su título “erotismo de culto” y mezcla en el texto el concepto de porno con una visión intelectual, me dije (¿preocupada?) o estoy desarrollando cierto modo de clarividencia o algunos cortocircuitos de mi cerebro coinciden con los de otras personas allende los mares. Extracto a continuación algunos párrafos del artículo: LAS REVISTAS PARA ADULTOS, TRAS UN EROTISMO DE CULTO Adult, en Estados Unidos, y Odiseo, en Barcelona, renuevan las porno magazines con una mirada femenina inteligente. Noelia Ramírez – El País (página 7 del suplemento Sábado del diario La Nación del sábado 9 de Noviembre de 2013).
 
       Acotación al margen: la obra reproducida en el inicio de esta entrada es Sin título en verde (Pornografía Cartográfica), sacando la acotación entre paréntesis del título según a donde envíe la obra en mis intentos de postular a espacios de exposición (infructuosamente por lo general). Después de leer La Nación del sábado ya no lo saco más. Si el diario más tradicional del país puede hablar de porno culto yo puedo hablar de porno cartográfico sin pudor.



 
 
 
Madrid.- La revelación le llegó viendo porno en casa. Cuenta Sarah Nicole Prickett que decidió ponerse a editar Adult la última Navidad. Fue cuando se dio cuenta de que quizá debería estar viendo algo más intelectual, con menos machotes en escena. Y recordó las ganas que tenía de editar una revista. “Pero no una de esas de bonito diseño, fotografías preciosistas y textos huecos que acaban decorando tu mesita del salón o acaban perdidas en tu tote bag. Una revista que fuese un banquete para tus ojos y tu cerebro. Densidad con erótica inteligente. Y que los lectores guardasen cada número celosamente”, explica vía correo electrónico. Esta periodista colaboradora, entre otros, del New Inquiry, decidió unir fuerzas con su amiga Berkeley Poole (diseñadora de la revista V), el editor fotográfico Jai Lennard y el escritor Noah Wunch para editar una publicación “de experiencias y erótica contemporánea”. Una revista con “perspectiva femenina” y cuyo primer número… está repleto de… desnudos femeninos. Muchos desnudos. (…) …Una editora que afirma “no dedicar ni un segundo en su cabeza” a esas revistas de pechos estratosféricos que pueblan las estaciones de servicio y consciente de “haber abusado” en el lanzamiento de Adult del desnudo femenino (es “más atractivo” dice). ¿Por qué cuesta más enseñar el cuerpo masculino? “El problema es que ellos están aterrorizados por su atracción infantil hacia su cuerpo, y percibieron la incapacidad de conquistarlo. Los hombres son débiles. ¿Qué quieres que diga? Vamos a poner a muchos más hombres en el segundo número, les guste o no.” (…) Quién también ha decidido rectificar sobre la marcha es Albert Folch, fundador del multipremiado estudio de diseño con sede en Barcelona Folch Studio, creador de esa referencia editorial que es Apartamento y director creativo de Odiseo, un bookzine de carácter semestral que va por su tercer número. (…) “Reconceptualizamos todo el proyecto para huir de la etiqueta ´público masculino´ y ofrecer una visión más transversal del erotismo, alejándonos de géneros. Abandonamos formatos revisteros y ahora podemos decir orgullosos que Odiseo no es sólo para hombres.”
 
 
 
 
 

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