En el
suplemento dedicado a ArteBA que publicó el sábado próximo
pasado el diario La Nación (sí, ya me
enganché con el tema: dos días seguidos mencionando ArteBA –pero conste que sin enojarme-), se hace un raconto de los
últimos 25 años en el ámbito del arte local tomando como mojón de inicio la Feria
de Galerías de Buenos Aires.
En esta
línea de tiempo descubro –como eslabón inmediato posterior a la primera ArteBA- a la Fundación Espigas, entidad que si
eventualmente oí nombrar alguna vez nunca había entrado de lleno en el radar de
mi interés. Por pura curiosidad y con
ánimo de subsanar mi ignorancia, esta mañana la googleé.
Descubro que dicha Fundación tiene entre sus objetivos documentar la
historia de las artes visuales en la Argentina, conformando un archivo y una
base de datos de libre acceso. ¿Y qué es
lo más lógico que uno haga inmediatamente entonces? Obvio, buscarse en ese archivo. Y para mi absoluta sorpresa y grato regocijo
¡me encontré inventariada!
La
muestra de la que guardan registro es la que hice en la Manzana de las Luces allá en el año 1995 (¡cuánto tiempo pasó!), donde presenté por primera vez en forma conjunta los dibujos
de la serie Borgeanas.
Tras la
alegría de encontrarme incluida en la historia de las artes visuales en la Argentina me entró la profundísima depresión de comprender que desde entonces hasta acá –y aun cuando creo haber hecho algunas cosas
más interesantes que aquellas- la historia de las artes visuales en la Argentina me ha ignorado del modo más absoluto y contundente. Fui hace
más de veinte años pero desde entonces he dejado
de ser. Muy triste. Como dice el tango: la vergüenza de haber sido y el
dolor de ya no ser…
Igual, no
puedo evitar recordar la muestra en la Manzana
de las Luces con inmenso cariño.
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