Tras
justificar mi uso del papel de diario dentro de una obra precisamente por su
carácter aleatorio, me contradigo optando por utilizar viejas revistas de arte
eligiendo tendenciosamente cada fragmento a recortar. Así surgió mi Cat-Art (¡cómo nos gustan los juegos de palabras
estúpidos!), mi gatito catártico tanto de todos esos sitios
sacro-santos donde jamás estará mi obra, tanto por ser mi espécimen voluntario para probar las lacas con las que
pretendo concluir mi Caballito de Carrusel.
Post data: me encanta lo de outsider
art fair. Algo
así como descubrir mi lugar en el mundo.
Outsider. Los marginados de
siempre.
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