Me
resulta inevitable emocionarme al encontrar una de mis obras enredada en otros asuntos
por completo ajenos a mí y a la órbita mínima donde me muevo. Encontrar
a Que dios detrás de Dios… en la página de otra persona es una
manera inmejorable de arrancar la mañana de un lunes de una semana que promete
ser absolutamente complicada.
¿Qué
hace mi obra en la página del arquitecto y escritor Manuel Rivas? La
coincidencia de que él escribiera un artículo en la edición de la revista Soles
donde la tapa se ilustró con Que
dios detrás de Dios… Esto pasó hace
ya diecisiete años (¡cómo corre el
tiempo!) y yo recién ahora registro este vínculo circunstancial, casi
intrascendente, pero que me alegra
luminosamente esta mañana lluviosa de invierno.
No
sé si le llegará pero vaya desde acá un cordial saludo a Manuel Rivas, quién aloja en su espacio la imagen de una obra a la que
quiero mucho y que -si mi información no
está desactualizada- debe seguir su camino por tierras cordobesas.
Post data: Así inició su peregrinación a Córdoba (y, hasta donde sé, pudo llegar sin mayores complicaciones):