Imaginate,
me dice que lo que yo hago es “arte
decorativo”. ¡Arte decorativo! ¿Cómo
se puede empezar el día, un lunes para colmo, después de eso? Se empieza mal, muy mal, pésimamente
mal. Y entonces viene la seguidilla de
golpes bajos, los cuestionamientos innecesarios, la presión para que seamos quienes
nunca fuimos ni vamos a ser jamás, y la horda de estúpidos incompetentes
haciendo más alboroto que el habitual para que no podamos olvidar que vivimos
rodeados (casi dominados) por su
creciente mayoría. La tasa de
reproducción de los estúpidos es, evidentemente, la más alta de todo el
espectro.
Pero qué le vamos a hacer, es lunes,
nos sitian los estúpidos incompetentes y yo hago “arte decorativo”. E igual hay que seguir adelante, es la ley de
la vida, la carga contra el desierto, siempre para adelante. Seguimos...
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