El plan inicial (que asumimos puede derivar para cualquier lado al ir discurriendo su ejecución) es realizar tres pequeñas
esculturas de papel. Todas con la técnica de la cartapesta, mezclando la idiosincrasia de la artesanía americana con la alta mascarería europea.
La primera, estilizada y antropomórfica,
un conejo al estilo de Alicia, como el
apurado Blanco o la nerviosa Liebre de Marzo. Personaje animal adicionado con postura y
vestimenta humana, lo que permite muchos detalles y texturas suntuosas.
Estructurada
la cabeza con un rollo de papel, sujeto a un botella de plástico de detergente
de piso, es fácil con más rollos de cartón darle forma a las patas trasera.
Con
recortes de una cajita de cartón que supo contener chocolates armamos la
chaqueta.
Después
montamos todo junto…
…y con una blonda de papel va el detalle de encaje
en cuello y puños…
Después, el turno de un caballito de líneas simples que de espacio al exceso de color y a los códigos de pintura
minuciosos y contrastantes . Rollos,
cordones y recortes de cartón permiten estructurar y dar estabilidad. Los cascos son las convenientes capsulas de
café gourmet. Por ahora sólo la base,
pero augura mucha diversión (y colorinche) en un futuro cercano…
Y por
último, la hibridez de los alebrijes pero reconociendo una mezcla (casi) tradicional:
para nosotros será león, con cola de
serpiente y alas de águila. Una Quimera.
O más o menos. Empezamos con los rollos
de cocina y tratamos de ir dándole algo de forma (no muy exitosamente, por cierto, hasta acá):
O sea, todavía hay mucho por hacer para poder
demostrar nuestro punto en esta discusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario