Arranqué
anoche, tratando de dar un destino medianamente aceptable a mi fracaso de globo
aerostático de cartapesta. Chueco y desbalanceado, colgado en altura,
con un par de juguetes de paño y lucecitas, al menos sirve para adornar el
rincón. Hoy temprano agregué un par de
borlas colgantes más. En conjunto, y sin
entrar en detalles, pasa.
En otro
rincón mis cachivaches de rollo de cartón de papel de cocina lucen mejor. Mi Nutchacker
flautista y mi Elfo -sobre una bola de alambre con
pequeñitas leds- me gustan mucho.
Arranca oficialmente la temporada de parafernalia (kitsch) navideña.
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