sábado, 11 de agosto de 2012




     “Los inquisidores se convirtieron en los asesinos de la Iglesia, con un ejército de informadores secretos, interrogadores implacables y jueces como témpanos de hielo los cuales actuaban en nombre de Cristo. (…) La primera gran batalla que ganaron los inquisidores fue cuando arrancaron el corazón de la Iglesia Cátara en una carnicería que recordaba a los sacrificios de la cultura azteca en el Nuevo Mundo. (…) La Inquisición estaba aquí para apoyar el poder de Roma. Y ha permanecido hasta hoy. Por supuesto, se ha santificado a si misma: en 1908 se renombró a la Inquisición con el nombre de la Sagrada Congregación del Santo Oficio. Después… en 1965, se convirtió en la Congregación de la Doctrina de la Fe… el Gran Inquisidor de hoy día, nombrado el 13 de Mayo de 2005, es el californiano monseñor William Levada… su predecesor inmediato, el cardenal Joseph Ratzinger, fue elegido Papa en abril de 2005. (…) Una vez que habían acabado con los cátaros, la Inquisición buscó otras herejías que combatir. Descubrió que los Caballeros Templarios precisaban de su mano para que los guiara… Posteriormente, a principios del siglo XIV, la Inquisición se fijó en los franciscanos… (…) Cien años después, los inquisidores centraron su interés en los judíos y musulmanes de España… la quema surgió con un vigor renovado. (…) Hasta que se descubrió toda una nueva área de captación de víctimas a causa de una obsesión del siglo XV: la brujería. (…) La Inquisición se jactaba de que en el transcurso de 150 años había quemado aproximadamente a 30.000 mujeres; todas víctimas inocentes de la fantasía patológica de la Iglesia.” 

  Michael Baigent Las Cartas Privadas de JesusGrupo Editorial Planeta 2007





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