domingo, 19 de agosto de 2012

MISCELÁNEAS by Ragnarök: El Libro de Los Herejes

     Terminé el primer capítulo de El Libro de Los Herejes. Dibujé sobre el último boceto de letras para el fondo de La Santa Inquisición. En total han sido once hojas cuadriculadas con bocetos de treinta nombres y algunas letras iniciales en el último, material de apoyo con el que conformé los cuarenta y ocho nombres de cuarenta y ocho víctimas del fuego que aparecen en el fondo de LSI. He dedicado un rato por las noches para este mero “divertimento” personal. Como una técnica de relajación. Dibujo con lapiceras de tinta en gel sobre la mesa de mi cocina. Un absoluto y tranquilo placer que me permite reorganizar mi energía mental y centrar mi atención en una sola cosa antes de irme a dormir (¡prohíbo cualquier comentario que me tilde de ángel apocalíptico de nuevo!. La veo haciendo la mueca de un cierre relámpago sobre sus labios burlones).







     Ignoro si este “divertimento” tiene algún valor artístico. Pero la verdad es que me importa poco si lo tiene o no. Es para mí y para mi diversión. Probablemente por eso mismo siga con un segundo capítulo cuando trabaje con los nombres de los ángeles y los demonios de mis proyectadas Listas. O cuando me avoque a pleno a la inquisición y sus brujas. 


 “Los dominicos fueron tan entusiastas y organizados que crearon un manual para los inquisidores y para las autoridades civiles que se encontraron tratando con brujas. Uno de los libros más infames de la historia, el Malleus Maleficarum – el “martillo de las brujas”- es un ejemplo destacado de erudición al servicio de la locura. Lo escribieron en 1486 dos dominicos alemanes muy cultos; dos monjes que temían a todo lo femenino del mismo modo que, según se dice, el mal teme a los crucifijos. No hay duda de que para ellos las mujeres eran el origen de todo lo demoníaco del mundo. Los dos expertos hallaron que las mayores maldades se encontraban en las mujeres. Para ellos, eran muy imperfectas y proclives al engaño. Eran más débiles que los hombres y, por tanto, más propensas a la corrupción y a corromper a otros. No tenían disciplina y dicen que “su aspecto es hermoso; su contacto fétido y su compañía mortal” (Kramer y Sprenger, El Martillo de las Brujas). Estos dos interrogadores fervorosos concluyen diciendo que “Todas estas cosas de la brujería provienen de la pasión carnal que es insaciable en estas mujeres”.

Michael Baigent, Las Cartas Privadas de Jesús.






Magdalena y El Preste Juan 

Sintiéndose culpable, sin embargo, resolvió hacer algo por la gloria de su señor. Otón le había dejado como sagrada herencia conseguir hacer salir de las tinieblas de la habladuría al Preste Juan.   Baudolino se dedicó, pues, a la búsqueda del Preste incógnito pero –era testigo Otón- sin duda conocidísimo.”

Umberto Eco, Baudolino Ed Sudamericana SA 2008 pág. 113.-


      Ignoré la existencia del Preste Juan hasta descubrirlo en el Baudolino de Eco. Y cuando Baudolino presuntamente lo encuentra y Juan le pide que le hable de Occidente y pregunta por el Aleph de Borges no sólo amé a Eco sino que el Preste Juan se volvió uno de mis seres imaginarios favorito. 

     Hace pocos meses en mi habitual “cacería de libros” di con una pieza de caza mayor: un libro de cartografía. El “Cartografía del Mundo” – C. J. Schüler – Editions Place des Victoires – Paris 2010. Siendo que tengo un respetable material compilado sobre el tema, no es común que de con “cartas de marear” (¿no es un término precioso para referirse a los mapas? Entiendo que Colón los llamaba así) que me sean completamente desconocidas. Pero hete aquí que para mi sorpresa y mi fascinación ¡me encontré con un mapa que incluía al Preste Juan!


   


     Dice el epígrafe: “África, del Atlas de Mercator, 1595. Este mapa grabado con precisión representa el continente tal y como era conocido entonces. La costa está representada con gran precisión, aunque gran parte de la cartografía interior sigue apoyándose en Ptolomeo, corregido y aumentado por el mito y el rumor. La figura sedente con una cruz, que aparece en Etiopía, es el legendario rey Preste Juan.” 

      Ese mapa y mi versión libre de la Magdalena penitente de Tiziano están ocupando mi interés actualmente (tambien…). Una obra más de Plagiaria que de Ragnarök, pero que para justificar su inclusión en esta serie y siguiendo el ejemplo de Baudolino la justifico creyendo con fe ciega que José de Arimatea ayudó a huir a la Magdalena embarazada a las tierras santas del Preste Juan. ¿Por qué no? 


 “Lo que llamaba la atención de Baudolino era que, dijera lo que dijera, miraba de soslayo a su interlocutor, como para advertirle de que no lo tomara en serio.“ 

 U. Eco Baudolino, Pág. 23.-








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