domingo, 29 de abril de 2018















       Por asociación de ideas decidí empezar con uno de los proyectos en carpeta de este año.  Asocié el evento 6X6 de New York (¡6600 obras!, no me imagino el trabajo que  implicará el montaje) con la practicidad de los trabajos pequeños. Fáciles de enviar a dónde sea por correo postal, simples de trasladar físicamente para su exhibición, y alineados en cierta cantidad pueden servir para trasmitir la misma impronta que una obra más grande.  Y aunque mi mediada de comodidad sigues siendo el 50X70, puedo empezar a sentirme a gusto con estos formatos más chicos.  Completa la asociación de ideas la moda que se ha impuesto en las ferias locales en las que uno puede mostrar lo que quiera pero bajo la condición de llevar también un número específico de obra para la venta a precios accesibles (el año pasado en BADA la consigna era diez trabajos a mil pesos, menos de cincuenta dólares al día de hoy).  Obra grande y enmarcada no puede venderse en esos números (que ni cubre los vidrios), pero obras pequeñas, formato postal o 20X25 cms., que puedan mostrase en un empacado ad hoc (tipo caja plana o carpeta con cierta profundidad, algo que juegue a guisa de passepartout y sobre el que pueda adherirse algún acetato protector), serían la opción perfecta para incorporar obra propia,  sin salirnos de lo que nos gusta,  y que a la vez cumpla con los requisitos de accesibilidad del organizador de turno.







     Por supuesto que no estoy del todo convencida, que eso de llevar “mercadería para la venta barata” me suena demasiado a táctica de tendero, pero me he divertido lo mío con las pequeñas obritas para lo de NY y la TAE18 AUS, así que me he propuesto hacer la prueba.  Como siempre, veremos sobre la marcha que sale... 



















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