sábado, 21 de abril de 2018

      Vuelvo a mis juegos y a mis muñequitas de rollo de cocina. Bastante estructuradas y definidas las cabezas es hora de decidir cómo encarar los cuerpos.















     A fin de obtener más solidez en la estructura, decido probar con alambre.  La teoría -como siempre- está a kilómetros de distancia de la realidad que se desliza entre nuestras manos.  El alambre demuestra ser bastante ingrato negándose a facilitarnos las cosas.  

        De modo harto tosco trato de dar forma a brazos y piernas con el arisco alambre...







…juntamos todo…







…algunos recortes de cartón para dar forma a las caderas y a los hombros, abusamos de la cinta de papel...







...y con papel encerado trato de unificar el conjunto…







…delimito presunta zona de pechera y puños…






…y empezamos con la cartapesta (suave, muy leve,  de modo que el papel encerado no se hunda y mantenga cierta corporeidad), a ver que sale de todo esto…










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