Vuelvo a mis juegos y a mis muñequitas de
rollo de cocina. Bastante estructuradas y definidas las cabezas es hora de
decidir cómo encarar los cuerpos.
A fin de
obtener más solidez en la estructura, decido probar con alambre. La teoría -como siempre- está a kilómetros
de distancia de la realidad que se desliza entre nuestras manos. El alambre demuestra ser bastante ingrato
negándose a facilitarnos las cosas.
De
modo harto tosco trato de dar forma a brazos y piernas con el arisco alambre...
…juntamos todo…
…algunos recortes de cartón para dar forma a las caderas y a los hombros, abusamos de la cinta de papel...
...y con papel encerado trato de unificar el conjunto…
…delimito presunta zona de pechera y puños…
…y empezamos con la cartapesta (suave, muy
leve, de modo que el papel encerado no
se hunda y mantenga cierta corporeidad), a ver que sale de todo esto…
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