domingo, 16 de septiembre de 2012

   

MUSEO


 “Por divertirse, a veces, suelen los marineros / cazar albatros, grandes pájaros de los mares, / que siguen, de sus viajes lánguidos compañeros, el barco en los acerbos abismos de los mares. / Pero sobre las tablas apenas los arrojan, / esos reyes del cielo, torpes y avergonzados, / sus grandes alas blancas miserablemente alojan, / y las dejan cual remos caer a sus costados. / ¡Que zurdo es y que débil ese viajero alado! / El, antes tan hermoso, ¡qué cómico en el suelo! / ¡Con una pipa uno el pico le ha quemado, / remeda otro, renqueado, del inválido el vuelo!/ El poeta es como ese príncipe del nublado / que puede huir las flechas y el rayo frecuentar; / en el suelo, entre ataques y mofas desterrado,/ sus alas de gigante le impiden caminar.” 


 El Albatros, Charles Baudelaire, Las Flores del Mal.






“Delante de una sola persona podemos saber si es masa o no. Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo –en bien o en mal- por razones especiales, sino que se siente ´como todo el mundo´, y, sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico a los demás. (…) Cuando se habla de ´minorías selectas´, la habitual bellaquería suele tergiversar el sentido de esta expresión, fingiendo que el hombre selecto no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores. Y es indudable que la división más radical que cabe hacer en la humanidad es ésta en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cada instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, boyas que van a la deriva. (…) La división de la sociedad en masa y minorías excelentes no es, por tanto, una división de clases sociales, sino de clases de hombres, y no puede coincidir con la jerarquización de clases superiores e inferiores. (…) Hoy asistimos al triunfo de una hiperdemocracia en que la masa actúa directamente sin ley, por medio de materiales presiones, imponiendo sus aspiraciones y sus gustos. (…) Lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho a la vulgaridad y lo impone dondequiera. (…) La masa arrolla todo lo diferente, egregio, individual, calificado y selecto. Quien no sea como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el riesgo de ser eliminado. Y claro esta que ese ´todo el mundo´ no es ´todo el mundo´. ´Todo el mundo´ era, normalmente, la unidad compleja de masa y minoría discrepantes, especiales. Ahora todo el mundo es sólo la masa.”

 José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Círculo de Lectores S.A., Buenos Aires 1983, pag. 20/30.






“Desde la Revolución francesa ha ido afianzándose la viciosa y cretinizante inclinación a hacer creer a todos que los genios (dejando ahora al margen su obra) son seres humanos más o menos parecidos en todo al resto de los demás mortales. Nada más falso. Y, si esto es falso para mí, que soy el genio de más amplia espiritualidad de nuestra época, el auténtico genio de los tiempos modernos, es todavía más falso para aquellos genios que alcanzaron la cumbre del renacimiento, como Rafael, genio casi divino. Este libro va destinado a probar que la vida cotidiana de un genio, su sueño, su digestión, sus éxtasis, sus uñas, sus resfriados, su sangre, su vida y su muerte son esencialmente diferentes a los del resto de la humanidad. Este libro único es, pues, el primer libro escrito por un genio. Diría aun más, por el único genio que ha conocido la suerte única de haberse casado con la genial Gala, la Única mujer mitológica de nuestro tiempo.-“ 

  Salvador Dalí, Diario de un Genio, Tusquets Editores, Barcelona 1992.






“No es lo mismo ser que estar/ No es lo mismo estar que quedarse, que va/ Tampoco quedarse es igual que parar/ No es lo mismo/ Será que ni somos, ni estamos/ Ni nos pensamos quedar/ Pero es distinto conformarse o pelear/ No es lo mismo… es distinto/ No es lo mismo arte que hartar/ No es lo mismo ser justo que ¡qué justo te va!... (verás)/ No es lo mismo tú que otra, entérate,/ No es lo mismo/ Que sepas que hay gente que trata de confundirnos/ Pero tenemos corazón que no es igual, Lo sentimos… es distinto/ Vale… que a lo mejor me lo merezco/ Bueno… pero mi voz no te la vendo/ Puerta… y lo que opinen de nosotros/ Léeme los labios, yo no estoy en venta.” 


No es lo mismo Alejandro Sanz, del álbum No es lo mismo









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