Si bien nunca he negado mi tendencia plagiaria, diré
en mi defensa que “inspirarme” (versionar,
copiar, tergiversar) al maestro Alphonse
Maria Mucha es uno de esos placeres a los que no pienso renunciar aunque distorsione,
según algunos, la "línea intelectual" de mi obra.
No se trata sólo de hacer lo que él ya hizo (¡tan
exquisitamente!) a la manera de uno (con papel quemado, mixturizando
materiales), sino de revivir ese disfrute que se percibe a simple vista que él
sintió en sus juegos estéticos y en cada recoveco de sus complejos dibujos. Mis versiones son obritas que hago para mí,
que se quedan en casa, que hacen mi entorno más acogedor y que me recuerdan en
lo cotidiano que uno hace las cosas sólo por el gusto (íntimo y real) de
hacerlas. Hedonismo, egoísta y práctico, nada más.
Mi mesita con luz
Las otras Cuatro Estaciones
Y estas nuevas Estaciones que irán (si consigo montarlas decentemente entre
acrílicos gruesos) a mi cocina, para desayunar con ellas todos esos días que la vida me
arrastra a esas otras cosas que detesto pero que supongo podrían ser más leves si
arranco con el recuerdo de que pese a todo todavía puedo pintar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario