miércoles, 23 de diciembre de 2015


     En beneficio de mi paz personal he accedido a abrir una cuenta de Pinterest, pero reitero: no entiendo para qué sirve (yo no me doy cuenta como subir imágenes en forma directa y hacer algo distinto a lo del blog o de twitter;  es más de lo mismo, ¡una patética repetición!).

     Que la multiplicación exponencial de la difusión visual, que a más recursos más herramientas de viralización, que la progresión geométrica de la divulgación digital instantánea,  y todo el bla-bla-bla que corresponde a los gurúes del marketing virtual, profetas iluminados del branding.  Escucho, no me importa; sigo escuchando, trato de resistirme; sigo escuchando ¡y es un agobio!; sigo escuchando y grito que no aguanto más y sólo por necesidad de silencio termino haciendo lo que me dicen.  Así que no he logrado terminar el año sin claudicar.  Oficialmente, desde hace diez minutos, tengo cuenta Pinterest (¿para qué? Chi lo sa…  Pero la tengo.)
























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