En
beneficio de mi paz personal he accedido a abrir una cuenta de Pinterest, pero reitero:
no entiendo para qué sirve (yo no me doy cuenta como subir imágenes en
forma directa y hacer algo distinto a lo del blog o de twitter; es más de lo mismo, ¡una patética repetición!).
Que la multiplicación exponencial de la
difusión visual, que a más recursos más herramientas de viralización, que la
progresión geométrica de la divulgación digital instantánea, y todo el bla-bla-bla que corresponde a los gurúes del marketing virtual,
profetas iluminados del branding. Escucho, no me importa; sigo escuchando,
trato de resistirme; sigo escuchando ¡y es un agobio!; sigo escuchando y grito que no aguanto más y sólo por necesidad
de silencio termino haciendo lo que me dicen.
Así que no he logrado terminar el año sin claudicar. Oficialmente, desde hace diez minutos, tengo
cuenta Pinterest (¿para qué? Chi lo sa… Pero la tengo.)
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