“En el Pequeño Larousse Ilustrado aparece
la palabra snob como sinónimo de vanidoso.
Este diccionario está en todas las manos alfabetas. El duque de Bedford es su libro sobre los
snobs (The
Duke of Bedford of Book of Snobs) asegura
que la palabra es una abreviación de sine nobilitas (sin nobleza), s-nob, usada en la Edad Media en las Universidades para designar a los
estudiantes cuyas familias carecían de títulos nobiliarios.
Sea o no exacta, esta etimología no parece
demasiado descaminada. (…) Se trata de otro asunto. Se trata de una actitud o
de una maniobra adoptada por mucha gente frente a tal o cual cosa, por
ocurrírseles que de ese modo conseguirán llamar la atención en arte, o brillar
en sociedad, o lo que fuere.”
Victoria
Ocampo, El Snobismo – Testimonios, Octava
Serie 1968/1970, Editorial Sur SA Buenos Aires 1971,
páginas 267/268.
“Concibo la práctica de la escritura o de
la crítica de arte… como un ejercicio de creatividad necesario para el
entendimiento entre la institución Arte … y el público… Realmente el arte no se
explica por sí mismo, sino que precisa de discursos que lo complemente y
enriquezca.”
Discrepo
(y
a los gritos). El arte, si es
Arte, no necesita nada ni a nadie más. Punto.
El crítico no es imprescindible para el artista, mientras que sin
artistas los críticos pierden su razón de existir.
Podrán acercar, sugerir, interpretar, tal vez; pero ni completan ni enriquecen (como tampoco quitan mérito y esencia a la obra que critican). El crítico no está un escalón más arriba
aunque se empeñen en mirarnos hacia abajo a fuerza de respingar la nariz, que
me perdonen y tengan piedad de mí cuando me destrocen.
Transcribo
partes del artículo en cuestión y el link de acceso, ya que pese a mi disgusto le
reconozco valor. Soy así de
contradictoria.
La
crítica de arte en la blogosfera: blogs, redes sociales y plataformas de
difusión
16 de diciembre 2015, Emma Trinidad
Durante las últimas semanas he estado preparando el encuento organizado por The art Market Agency en Barcelona sobre Arte Online, donde junto
a Angélica Millán, La Musa del Arte, tuvimos la oportunidad de hablar sobre el papel de los
bloggers en la difusión del arte. Me he tomado esta invitación no sin cierta
incomodidad, pues hasta ahora no me había planteado la posibilidad de
presentarme como blogger de arte. Me gusta decir que en mi caso el blog
apareció sin querer ante la necesidad de encontrar un espacio propio desde
donde poder publicar, narrar y crear mi identidad. Así, entiendo el espacio del
blog como la habitación propia contemporánea de la que hablaba Virginia Woolf.
Concibo la práctica de la escritura o de la crítica
de arte –aunque esto pueda parecer pretencioso- como un ejercicio de creatividad
necesario para el entendimiento entre la institución Arte –sean museos, centros
de arte, galerías, mercado o artistas- y el público –independientemente del
papel, activo o pasivo, que este desempeñe dentro del sector. Realmente el arte
no se explica por sí mismo, sino que precisa de discursos que lo complemente y
enriquezca. (…)
…estos días, preparando la charla en Barcelona y este post, me ha venido
acompañando el ensayo de Peio Aguirre
La
línea de producción de la crítica, (Consonni, 2014). Sobre esta coincidencia
de la práctica artística y el discurso teórico Peio escribe: «¿Dónde están, dónde se encuentran los Karl
Krauss y las Susan Sontag de hoy? ¿Dónde esos “escritores sin libro” que son
los críticos? La respuesta inmediata que asoma casi sin levantar la voz: en la
blogosfera. Internet contribuye sin duda al desarrollo de la crítica, nivela
los planos, deshace las viejas jerarquías y cancela el permiso cultural, esto
es, la presunción de que a la hora de decir algo se tiene que pedir la vez».
En más de una ocasión algunas conocidas
blogueras me han comentado la enorme oportunidad de desarrollo profesional que
ha supuesto el blog de arte a la hora de obtener la posibilidad de introducirse
en un mundillo, el del arte contemporáneo, tan retroalimentario. Así y todo el
blog y el microblog de arte se han convertido en espacios para el diseño de
subjetividades y currículos con grandes dosis de autorrepresentación,
narcisismo y publicidad. (…)
…Peio Aguirre
añade: «Cuando un blog se muestra más deseable es cuando se convierte en un
espacio estratégico que sin necesidad de comercializarlo es a la vez amateur
siendo rigurosamente profesional, manteniéndose distante tanto de la academia
como del club regido por la prensa y las revistas estándar». El blog de
arte concebido no como un espacio comercial sino como un valor añadido al
perfil profesional que se encuentra detrás. En palabras de Peio, una vez más, «un crítico de la cultura hoy en día tiene
que ganarse su libertad de la única manera posible: escribiendo gratis. O lo
que es lo mismo, escribiendo para sí y llegando de ese modo a un público de
forma más directa y menos corrompida». Afirmación que, aun pudiendo
estar de acuerdo con ella, está repleta de contradicciones y deja abiertos
otros debates.
No hay comentarios:
Publicar un comentario