lunes, 8 de febrero de 2016


     (TrágicaLógica farnelliana 
   


     Yo tendría por entonces 21, 22 años; era el tiempo de mis primeras Máscaras con Mantillas.  Había llevado una de ellas (la segunda de la serie) para una colectiva de una asociación de artistas y una de las capitoste del grupo (después desaparecida del radar por una movida en la que se “perdió” mucha obra de los asociados) escudriñando mi Máscara con Mantilla II -con expresión indescifrable- me cuestionó con que material estaba hecha.



     Pastel tiza, goauche y óleo, le expliqué, emocionada y ansiosa por saber la opinión que le merecía mi trabajo a una artista con trayectoria y –creía entonces- reconocida y consagrada en el medio.  Me dijo que no se podía mezclar técnicas secas, al agua y oleosas porque se manchaban y quedaba un engrudo grotesco.  Le expliqué, solícita cómo lo hacía: pastel tiza, un poco de goauche para fijar luces porque el agua empastaba bien con la tiza, luego una fina capa de laca en aerosol, y una vez seco, óleo para dar relieves y texturas.  Me dijo que no lo hiciera.  Que estaba mal.  Que quién me había enseñado eso. Que hay que usar una misma técnica: pura acuarela, puro pastel, puro óleo. Ese día decir que yo era autodidacta y que iba prueba–error me hizo ganar su más honda mirada de desprecio.





     Pasaron los años, yo seguí  mezclando a tontas y locas,  y como todo es pendular, el último tiempo empecé a decirme que tengo que dejar de recargar y tratar (¡tratar por lo menos!) de no usar más de un par de medios en cada obra.  (Mis voces se ríen a carcajadas.)  Pero yo lo intento,  

     Quise limitarme en mis Postales Victorianas, y cuando ví que desbarrancaba me paré para juntar coraje y contención.  Y empecé una obra en bastidor (eso sí, sin tela, con un pegote de papeles como soporte) que iba a trabajar sólo con óleo.  Y recién acabo de pegarle strass.  ¡Strass! No lo pude evitar.  Estaba ahí, bonita, en sus comienzos, prometedora, y de pronto me pedía  brillo, y a mí se me rompió un anillito sin fin de bisutería, y dos más dos dan  ¡dale!, si total…  Y acabo de pegarle strass.  Pero no con cola o con algún pegamento lógico, no, con pintura dimensional acrílica. Y entonces el acrílico también fue un poquito por acá y un poquito por allá, porque después con tinta en gel da efecto de dorado a la hoja... y ya estoy perdida.  Yo quería usar sólo óleo.  Así es la vida. 






Post data: Esta obra tiene papel picado pegado, pedacito por pedacito, eligiendo no repetir demasiado secuencia de color.  ¡Papel picado!  El strass ya no parece tan grave...







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