“…y así se pasó la tarde...
tic-tac, tic-tac… y es Febrero.”
Alejandro Sanz, Llamando a la mujer acción”
¿Cómo no odiar
febrero? Es la vuelta a la “normalidad”, el retornar a un trabajo
lógico, bien visto, socialmente aceptable, que me permite ganar el dinero con
el que vivo medianamente bien (y con el que sostengo mi “capricho” artístico). Tampoco exageremos, claro. No es una tortura. Mi trabajo implica pensar y escribir,
actividades que me son naturales; y leer mucho (alto placer); pero también
implica tratar con gente. Mucha gente.
Demasiada gente. Y es un hecho
comprobado científicamente que las personas me provocan fobia. Odio febrero. Odio tener que volver a ser tanta gente.
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