jueves, 22 de diciembre de 2016








Crónicas de un artista independiente del fin del mundo.

     ¿Qué motiva a un artista independiente?  No el dinero (vender la obra es excepcional y si sucede, los valores del mercado primario siempre son mínimos).  No el reconocimiento (no pertenecer al sistema asegura no tener acceso a las vías de difusión y validación popularmente aceptadas).  No un fututo de gloria (por afuera del mercado no hay “éxito” ni “futuro”).  ¿Entonces?  Es evidente que el artista independiente dedica la vida al arte por razones desconocidas e incomprensibles para la mayoría.

     Dice Borges citando a Carlyle “Toda obra humana es deleznable, pero su ejecución no lo es”.  Se trata del hacer, de la ejecución, del proceso creativo por la creación misma, independiente del resultado y de eventuales beneficios.  Hacer.  Sólo por el hacer.  El arte es un presente constante, una captura del tiempo, un eterno mientras tanto.

     El artista independiente, probablemente, esté tan ocupado en crear que no tiene tiempo para prestarle atención al Señor Mercado.  Y el mercado no puede perdonar esa indiferencia.

                                                                                     Buenos Aires, 21 diciembre 2016

















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