martes, 27 de diciembre de 2016


Raconto (en serio) de Fin de Año – Segunda parte 
















     Este último año puede verse o como el que alcancé el punto más alto de confianza en mi obra o como el que he actuado con la más absoluta imprudencia y el definitivo desquicio.  Si bien siempre me he movido sola, sin andamiaje de resguardo ni referente confiable de consejo, mi premisa ha sido no pretender más de lo que estaba a mi alcance.  ¿A qué me refiero?  A asumir que no podía ser más que una artista de medio pelo, de la periferia, con acceso limitado y sin chance de ingresar al llamado mercado de la alta cultura.  O sea, como me repetían desde chiquita,: “eso no es para nosotros”. 






     El sentido común en el que fui educada protege del fracaso y la decepción si uno no se sale del lugar asignado.  Artista de fin de semana.  Autodidacta como sinónimo de chapucera aficionada.  Sin sociabilización, sin contactos, sin el padrinazgo de los que detentan el poder, olvídate de ser reconocido como “artista”.  Lo máximo, un hobby simpático al que dedicarse tras la jubilación…

     Pero, insisto, la edad apareja aburrimiento; las buenas costumbres son muy recomendables pero te matan de tedio; y cuando se llega a cierto punto, cuando ya sabés que nadie hace nada por nadie, que ningún afecto es real y que la mortaja no tiene bolsillos, ¿qué puede importar romper las reglas?

    Así, empecé a vincular mi obra con referentes a los que antes el temor de la no pertenencia me tenía vedado.  La democrática web posibilita que uno se dirija en forma directa a un crítico de arte neoyorquino o a un curador célebre de las ferias europeas.  ¿Por qué no hacerlo?  ¿Por qué no invitarlo a dar una vuelta por mi blog y conocer mi trabajo?  Es obvio que no hay garantías que el invitado acceda y descienda a mirar la obra de una completa e intrascendente desconocida.  Pero ese no es el punto, la cuestión es que yo me haya animado a invitarlos. 






    Supongo que es culpa de este blog.  Lo siento el compendio de mi realidad, la bitácora honesta y detallada de una vida donde la única pasión y la única lealtad está puesta en el arte, en una obra que busca y aspira alcanzar, aunque más no sea por un fugaz instante, el Arte de verdad, el inmortal.









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