domingo, 4 de diciembre de 2016








      Es lo que somos y es lo que hacemos.  ¿Qué sentido tiene entonces discutir?  ¿Perder el tiempo?  ¿Reafirmar nuestro error?  ¿Alardear de nuestra absurda e inconmovible convicción?  Quién sabe y a quién le importa…













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