Decía ayer
que la mejor fotografía que tenía no hacía justicia a la obra porque omitía las
texturas. Y es un hecho que la mixtura
de técnicas complementa la imagen con relieves y sutiles divergencias de trazo
que en la foto (más si es aficionada y
chapucera) se pierde irremediablemente.
La
mixtura luce en persona, en el face to
face con el espectador. La mixtura
se impone en la exhibición real, en la puesta colgada en la pared, en el vivo y
directo, en el off line. Lamentablemente, en este creciente imperio de
la imagen virtual, en el on line
constante, múltiple e infinito, la imagen de la obra se aplana, pierde las
texturas y las técnicas mixtas son una técnica unificada más.
No queda
mucho más que hacer que intentar fotografiar por sectores, en ángulos extraños,
que puedan dar una idea aproximada pero nunca exacta al espectador
virtual. Contar en palabras que la obra
es más que lo que se ve. Y desear al
eventual interesado que exista esa posibilidad de propiciar un encuentro
personal…
Trabajo
en una Postal Vaticana. ¿Por
qué ese nombre? Porque el mapa tomado de
modelo es uno de los que se exhiben en los Museos
Vaticanos. Puede que también porque
considero que es un desnudo muy recatado, como quieren los curas que sean las
mujeres que entran a los templos de la Ciudad
Eterna (sin escotes, con los hombros
cubiertos, nada de pantaloncitos cortos y cavados – en este viaje fuí en
invierno, no tuve chance de discutir la cuestión-).
Pero la
gracia de esta obra no está ahí, sino en haber incluido en el soporte un papel
rosa y fucsia (simil ánimal print) con el que empacaron lencería que compré en
un local de Victoria´s Secret en Londres. No para mí, obviamente, sino para una
adolescente que sigue al pie de la letra todos los mandatos fashion; ella sucumbe a las prendas Pink
y yo al papel del envoltorio.
La pintura
(cualquiera que use, la acuarela, el grafito, la tinta o el óleo) se comporta
distinto sobre el papel de dibujo indutrializado y sobre ese patinoso papelito
rosado. Y en la composición logra
ondular el conjunto, acentuando –a mi criterio- la languidez final de la
pose. No sé qué durabilidad aportará
semejante soporte tan poco idóneo, pero me encanta trabajar sobre él. Y de momento siento que el asunto anda muy
bien (aunque las fotos no sean del todo eficaces en mostrarlo).
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