Qué vergüenza (¡qué desidia la mía!). Ayer los organizadores de la Convocatoria LAAAO me pidieron material
para la publicación.
Y cuando
me pongo a responderles compruebo que realmente las pocas fotos que tengo de Alicia
en el Principio II son bastante malas.
Ameritaba que sacara nuevas fotos, pero surgió entonces el problema de no saber exactamente dónde estaba la obra.
Me llevó una hora rastrearla dentro de mi taller, y al encontrarla “recordé” que está montada con vidrio, lo que hacía muy poco probable poder sacar una nueva foto más decente que las que tenía. Pasé media tarde tratando de evitar los
reflejos del flash. Lo mejor que
conseguí (y que envié a LAAAO) es
esta:
Aunque
apenas mejor, no le hace debida justicia.
El color de Alicia en el Principio II es más intenso y cálido, y contrasta
de un modo muy particular el etéreo pastel ocre del fondo con el grafito rígido
de las figuras de la escolta y el resbaloso óleo de la figura femenina. Los juegos de las distintas texturas, en esta obra, son parte de su razón de ser y remarcan la ensoñación que relata la imagen. Y en mis fotos se pierden por completo.
Debería contratar un fotógrafo, desmontar el
vidrio de todas las obras que aun están en mi poder y hacerlas fotografiar lo
más lealmente posible. Si no lo hago es,
en parte, porque sospecho que el costo de esa sesión de fotografía sería muy
elevado, y el tiempo que requeriría sería –bajo
mis parámetros- infinito. Debería
hacerlo, soy consciente. Pero debería
tantas cosas…
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